PRINCIPIOS EDUCACIONALES

Principios Educacionales

Los miembros de la I.E Santa Ana, expresan su coherencia con el Carisma a través de la práctica de las virtudes específicas que constituyen el espíritu de la Congregación de las Hijas de Santa Ana y que a su vez promueven la práctica de las demás virtudes que orientan nuestra labor:
a) ESPIRITU DE FAMILIA: expresado en un espíritu de comunión, de verdadera fraternidad, de fuerte solidaridad, que motiva a llevar los unos las penas de los otros con caridad, generando comprensión, donación y perdón. Así, el auténtico espíritu de familia constituirá, para la Comunidad Educativa, la expresión más creíble de la evangelización, siendo la Eucaristía el centro de su vida y la Palabra el alimento deseado, meditado, acogido y compartido.



b) DONACIÓN MATERNA Y PATERNA: Los miembros de nuestra I.E. están llamados a ser testigos del amor de Dios, de esta manera continúan hoy la misión materna y paterna de los Santos Padres de María, quien es su reflejo más fiel y M. Rosa quien enseña la pedagogía del amor con su vida y con su palabra. Es un amor materno y paterno lleno de ternura y bondad, misericordioso, gratuito y disponible, incondicional, atento al más débil, liberador y que asume desafíos.



c) POBREZA DE CORAZÓN: fue la disposición fundamental del pueblo de Israel, disposición que Jesús, Siervo de Yahveh, asumió despojándose de su condición divina y haciéndose hombre hasta la muerte en cruz (Fil 2, 6 -11). El mismo ratifico en las Bienaventuranzas la pobreza de los Anawin como condición necesaria para pertenecer al Reino.



Para la Familia de Santa Ana la pobreza no es solo la práctica de una virtud sino un estilo de vida y de apostolado, pobreza de corazón que se expresan en las siete virtudes que resumen la espiritualidad de nuestra familia: Tres virtudes son teologales, fe, esperanza y caridad; y cuatro son carismáticas: sencillez y prudencia, humildad y mansedumbre.

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